El ejercicio puede ayudar a mejorar los síntomas del asma a largo plazo. Sin embargo, algunas formas de ejercicio tienen el potencial de causar brotes de asma. En cualquier caso, se pueden evitar los síntomas o los ataques de asma haciendo actividades físicas adecuadas.
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El ejercicio es bueno para la salud, incluso si padeces asma
En general, el ejercicio ofrece muchos beneficios para la salud, como mejorar la salud del corazón, mejorar la salud mental y reducir el riesgo de muchas afecciones de salud, entre otras.
Las personas con asma también pueden notar otros beneficios de salud específicos, como una mejora de la función pulmonar, ya que el ejercicio aumenta la resistencia general y reduce el tiempo que le toma a una persona sentirse sin aliento.
El ejercicio también favorece la pérdida de peso, lo cual puede reducir el riesgo de ataques de asma. Además, como hacer ejercicio también mejora la función sistema inmunitario, se reduce el riesgo de infecciones respiratorias superiores que pueden desencadenar síntomas de asma.
Por otra parte, en la medida que hacer ejercicio mejora el estado de ánimo y ayuda a reducir del estrés, las personas con asma también puede notar una disminución de los síntomas.
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Ejercicio para el asma: estos son los mejores
El aumento gradual del nivel de actividad física reduce el riesgo de brotes de asma durante el ejercicio. Son especialmente beneficiosos los tipos de ejercicio que se centran en promover la capacidad pulmonar y regular la respiración.
Los ejercicios y actividades que ofrecen a una persona períodos cortos de actividad con descanso intermedio pueden funcionar bien. Hacer ejercicio de esta manera permite a una persona con asma estar activa y mejorar su resistencia y fuerza sin poner demasiada presión en los pulmones.
El yoga y la natación son ejercicios muy adecuados para las personas con asma.
El yoga ayuda a concentrarse en la respiración. La respiración controlada y rítmica durante el ejercicio puede ayudar a aumentar la capacidad pulmonar de una persona al mismo tiempo que desarrolla la fuerza muscular para el estado físico general. El yoga y la respiración rítmica también pueden ayudar a disminuir los niveles de estrés de una persona. El estrés es un desencadenante del asma en muchas personas, por lo que reducir el estrés podría ayudar a reducir los brotes de asma.
Por su parte, la natación provoca la inhalación de aire cálido y húmedo, lo cual es bueno para las personas con asma. La natación también puede ayudar con el control de la respiración.
El ejercicio ligero a moderado también funciona bien en las personas con asma, especialmente cuando implica un movimiento constante, lo que mejora los niveles de resistencia y evita el entrenamiento excesivo de los pulmones. Por ejemplo, montar en bicicleta, caminar, pedalear en una máquina elíptica o subir escaleras.
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Cómo evitar los ataques de asma al hacer ejercicio
La mejor acción que una persona puede tomar para prevenir un ataque de asma cuando hace ejercicio es usar medicamentos recetados para el asma, según las indicaciones del médico.
Cualquier persona que aún experimente síntomas graves de asma al usar medicamentos debe hablar con su médico para ajustar el tipo o la dosis de sus medicamentos para ayudar a controlar los síntomas.
También es importante prestar atención al medioambiente antes de hacer ejercicio. Por ejemplo, si el recuento de polen es alto o el aire es fresco y seco, es probable que sea mejor hacer ejercicio en interiores para reducir el riesgo de brotes de asma.
Otros pasos para evitar los ataques de asma durante el ejercicio incluyen:
- usar un pañuelo en la cara en un clima más fresco para mantener el aire frío fuera de los pulmones
- calentar antes de hacer ejercicio y hacer un enfriamiento progresivo después
- no forzar demasiado durante el ejercicio
En cualquier caso, una persona con asma siempre debe llevar consigo su inhalador. Si aparecen síntomas durante el ejercicio, es esencial parar y usar el inhalador para evitar que los síntomas empeoren.
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