Los cambios de temperatura típicos del paso de una estación a otra, dormir con aire acondicionado o relacionarte con alguien con gripe son las maneras más fáciles de coger un buen resfriado. Junto a este, en ocasiones aparece la fiebre y a ti te surge la siguiente pregunta: ¿puedo hacer deporte con fiebre?
Claro que puedes hacer deporte con fiebre, pero no es lo más recomendable. Lo más beneficioso para ti es no entrenar ni un solo día mientras tengas fiebre y hacerlo poco a poco a medida que esta desaparezca.
⇒Lee esto también: ¿Se puede correr de forma segura con dolor de espalda?
¿Hacer deporte con fiebre me baja la temperatura corporal?
La respuesta es un sí rotundo. Entrar en una cámara frigorífica a -10 grados también te ayudaría, pero ¿verdad que no lo harías porque pone en riesgo tu salud?
Cuando haces deporte, tengas fiebre o no, el cuerpo comienza a sudar como mecanismo para regular la temperatura corporal que va en continuo aumento. La lógica hace pensar que al entrenar con fiebre la temperatura descenderá y de hecho así lo hace, aunque tiene su lado negativo.
Es cierto que baja la temperatura, pero no soluciona la causa de la fiebre y exige a un cuerpo que pelea contra una infección que gaste energía haciendo deporte. Energía que, por cierto, utiliza para combatir el foco causante de la fiebre.
Por otro lado, cuando la fiebre te ataca, la deshidratación aumenta. Si haces deporte con fiebre multiplicarás esa deshidratación que te puede llevar a sufrir mareos y desfallecimientos, por lo que no se puede tomar a broma.
Dejando a un lado la salud y centrándome en el deporte, al entrenar con fiebre solo conseguirás hacer un mal entrenamiento. La energía que has gastado con tanto esfuerzo no te habrá servido para nada. Si corres notarás que eres incapaz de aumentar el ritmo y si levantas pesas cualquier peso te parecerá imposible de sujetar.
Además, los estudios muestran que el ejercicio extenuante durante una enfermedad con fiebre podría empeorar la enfermedad o, en casos raros, podría ser fatal.
Por estas razones no hagas caso al mito de que entrenar con fiebre es beneficioso. Siguiendo esta falacia te puedes llevar un buen susto.
⇒Lee esto también: ¿Puedo hacer ejercicio si tengo hernia discal?
Alternativas para ejercitarte cuando tienes fiebre
Si la fiebre no es muy alta y no quieres dejar de hacer ejercicio, todavía hay algunas cosas que puedes hacer. Por eso, si a pesar de la fiebre necesitas sentir que haces ejercicio, puedes probar a hacer ejercicios de flexibilidad y movilización, por ejemplo, practicando yoga suave o Pilates. También puedes hacer ejercicios suaves en cinta, en elíptica o en bicicleta estática. Algunos profesionales también dicen que se puede entrenar la fuerza con mancuernas ligeras, gomas y con tu propio peso corporal, siempre y cuando no te excedas para no agravar tu estado de salud.
Pero lo más importante es que lo hagas evitando instalaciones públicas y lejos de zonas comunes. De hecho, si tienes fiebre deberías quedarte en casa y ejercitarte allí. No pierdas de vista que la fiebre es una reacción de tu cuerpo. Si no le dejas descansar y recuperarse vas a tardar más en recuperarte. Merece la pena esperar.
⇒Lee esto también:
Deporte con resfriado, pero sin fiebre
Según la Clínica Mayo, en general, se puede hacer actividad física de leve a moderada con un resfriado común sin fiebre. El ejercicio incluso puede ayudar a sentirse mejor al abrir los conductos de la nariz y aliviar la congestión nasal de forma temporal.
La Clínica Mayo aclara que se puede hacer actividad física con signos y síntomas por encima del cuello, lo que incluye goteo de la nariz, congestión nasal, estornudos y dolor de garganta leve. Sin embargo, recomienda no hacer ejercicio con síntomas por debajo del cuello, como congestión en el pecho, tos áspera o malestar estomacal, aunque no se tenga fiebre.
⇒Lee esto también: Qué es el ejercicio moderado: recomendaciones y ejemplos
Demasiado ejercicio puede aumentar los síntomas
Incluso aunque no tengas fiebre, ten en cuenta que si estás resfriado y haces demasiado ejercicio, los síntomas pueden empeorar. Por lo tanto, cuando uno se siente enfermo, lo mejor es tomarse un tiempo para descansar y recuperaste después de períodos de entrenamiento intenso.
Cuando los entrenamientos se vuelven demasiado extenuantes, la cantidad de glóbulos blancos que combaten las infecciones puede disminuir. Al mismo tiempo, la hormona del estrés (cortisol) puede aumentar, lo que puede interferir con la capacidad de ciertas células inmunitarias para funcionar correctamente.
⇒Lee esto también: 12 hábitos de vida saludable para estar mejor
Descubre PuntoSeguro Fit
¿Necesitas un empujón más para hacer ejercicio? Desde PuntoSeguro queremos ayudarte a tener una vida más saludable. Contratando tu seguro de vida o tu seguro de salud con PuntoSeguro tienes acceso gratuito a la app PuntoSeguro Fit.
Además de tener controlada tu actividad física diaria, y contribuir a causas sociales, podrás obtener un descuento de hasta 120 € en cada renovación.
Otros artículos de interés
- Así es como afecta el ejercicio al cuerpo
- Las prescripciones precisas de actividad física mejoran la supervivencia en el cáncer de colon
- Consejos para que hacer ejercicio sea más agradable y motivador
- Las actividades de ocio pueden reducir el riesgo de muerte en adultos mayores
- Cómo afecta la intensidad específica del ejercicio a diferentes aspectos de la salud mental y cognitiva