Entrenar para ganar masa muscular no es solo levantar pesas. La hipertrofia muscular, que es el proceso mediante el cual tus músculos aumentan de tamaño, responde a una combinación precisa de estímulo, alimentación y recuperación. Pero no hace falta complicarse con fórmulas mágicas ni rutinas imposibles.
Lo importante es entender cómo reacciona el cuerpo al entrenamiento y qué necesita para crecer. Esto te permitirá tomar decisiones más acertadas en cada fase, desde elegir cuántas repeticiones hacer hasta qué comer después de entrenar. En este artículo te explicamos de forma clara y práctica qué es realmente la hipertrofia muscular, cómo diseñar un entrenamiento eficaz y qué errores debes evitar para no tirar el esfuerzo por la borda.
Tanto si estás empezando como si llevas tiempo entrenando sin ver resultados, aquí encontrarás las claves que marcan la diferencia entre entrenar… y entrenar bien.
En PuntoSeguro queremos que vivas mogollón, pero bien, en buenas condiciones físicas y mentales. Por eso, en este artículo hablaremos de la hipertrofia muscular y sobre la importancia de lograr un crecimiento muscular rápido y saludable.
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Qué es la hipertrofia muscular y por qué importa en tu entrenamiento
Cuando entrenas con una carga que desafía a tu cuerpo, tus músculos reaccionan generando adaptaciones. Una de las más buscadas es la hipertrofia muscular, es decir, el aumento del tamaño de las fibras musculares. Este crecimiento no ocurre porque se generen nuevas fibras, sino porque las ya existentes se hacen más grandes y densas.
Esto sucede cuando sometes a tus músculos a una tensión que provoque pequeñas roturas microscópicas. El cuerpo, al repararlas, no solo las restaura, sino que las refuerza, haciéndolas más grandes y resistentes. Este proceso de daño, recuperación y crecimiento es la base del entrenamiento orientado a la ganancia de masa muscular.
Cómo responde el músculo al estímulo del ejercicio
La hipertrofia no es inmediata ni ocurre por arte de magia tras unas cuantas series. Aparece cuando repites de forma constante un estímulo que obliga al músculo a adaptarse. Hay tres mecanismos principales que desencadenan esta respuesta:
- La tensión mecánica, provocada por el esfuerzo directo contra una carga.
- El estrés metabólico, resultado de ejercicios con muchas repeticiones o poco descanso.
- El daño muscular, fruto del esfuerzo controlado que rompe fibras y obliga a repararlas.
Cada uno de estos estímulos puede trabajarse de forma específica, aunque lo habitual y más eficaz es combinarlos dentro de un plan de entrenamiento bien diseñado.
Tipos de hipertrofia y qué diferencia hay entre ellos
No todo crecimiento muscular es igual. Existen dos formas principales de hipertrofia:
- La hipertrofia miofibrilar es la que mejora la fuerza y la densidad del músculo. Se consigue sobre todo con cargas pesadas y pocas repeticiones. Es la más útil si tu objetivo es rendir más, no solo “verte más grande”.
- La hipertrofia sarcoplasmática aumenta el volumen del músculo al expandir el líquido que rodea las fibras musculares. Se entrena con más repeticiones y descansos más cortos. Visualmente, se nota más rápido, pero no siempre va acompañada de una mejora proporcional en fuerza.
Ambas pueden entrenarse y combinarse. Lo ideal es no centrarse en una sola, sino planificar fases del entrenamiento donde se trabajen de forma complementaria.
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Las claves del entrenamiento para lograr hipertrofia muscular
Si quieres ganar masa muscular, necesitas algo más que fuerza de voluntad. La hipertrofia depende de cómo estructuras tu entrenamiento. No se trata de entrenar más, sino de entrenar mejor: con el volumen, la intensidad y la frecuencia adecuados, usando los ejercicios correctos y aplicando las pausas necesarias.
Volumen, intensidad y frecuencia: cómo ajustarlas según tu nivel
El volumen de entrenamiento es la variable que más influye en la hipertrofia. Se calcula multiplicando series × repeticiones × carga. Cuanto más volumen toleres y recuperes, más crecerán tus músculos. Pero no puedes pasar de cero a cien. Aquí tienes una referencia realista:
- Principiantes: entre 10 y 12 series por grupo muscular a la semana.
- Intermedios: entre 12 y 20 series semanales.
- Avanzados: hasta 25 series por grupo, repartidas en varias sesiones.
La intensidad mide cuánto te acercas a tu 1RM (la carga máxima que puedes mover una vez). Para ganar músculo, entrenar entre el 65 % y el 85 % del 1RM funciona bien.
La frecuencia también importa. Entrenar cada grupo muscular 2 o 3 veces por semana es más eficaz que hacerlo solo una. Así distribuyes mejor el volumen y das más oportunidades al músculo para adaptarse.
El rango de repeticiones y el fallo muscular: ¿cuándo vale la pena?
Durante años se pensó que el rango “ideal” era de 6 a 12 repeticiones. Hoy se sabe que puedes lograr hipertrofia con repeticiones que van desde 3 hasta 30, siempre que te acerques lo suficiente al fallo muscular.
Eso sí, el fallo muscular no es obligatorio en todas las series. Forzarlo en cada ejercicio puede llevarte a una fatiga innecesaria. Lo más eficaz es dejar entre 0 y 4 repeticiones en reserva en la mayoría de las series y acercarte al fallo en las últimas de cada ejercicio.
Ejercicios compuestos y de aislamiento: cómo combinarlos bien
Los ejercicios compuestos trabajan varios grupos musculares a la vez. Ejemplos: sentadillas, peso muerto, dominadas o press de banca. Son ideales para ganar fuerza, estimular más fibras y aprovechar mejor el tiempo.
Los ejercicios de aislamiento se centran en un músculo concreto, como el curl de bíceps o las extensiones de cuádriceps. Son útiles para reforzar zonas concretas o corregir desequilibrios.
¿La mejor estrategia? Empieza tu sesión con ejercicios compuestos y añade después algunos de aislamiento para trabajar de forma específica.
Tempo, descanso y tiempo bajo tensión: lo que sí influye
El tempo de ejecución (es decir, la velocidad con la que haces cada fase del movimiento) influye en el tiempo que el músculo está bajo tensión. Por ejemplo, un tempo 3-0-1 significa 3 segundos bajando, sin pausa abajo, y 1 segundo subiendo. Esto aumenta la carga interna sin necesidad de más peso.
En cuanto al descanso entre series, los estudios actuales muestran que los descansos más largos permiten mantener la intensidad y el volumen. Descansa entre 2 y 3 minutos tras ejercicios compuestos, y 1 a 2 minutos tras ejercicios de aislamiento.
No hace falta entrenar con prisa. La calidad del estímulo importa más que la cantidad de sudor.
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La nutrición también entrena: qué comer para favorecer la hipertrofia
Entrenar bien es solo una parte del proceso. Para que tus músculos crezcan, necesitan materia prima. Esa materia prima la aportas tú con lo que comes cada día. Sin suficientes calorías ni proteínas, da igual lo buena que sea tu rutina: la hipertrofia no llegará.
Proteínas, carbohidratos y grasas: cantidades y proporciones recomendadas
- Proteínas: son esenciales para reparar y construir tejido muscular. Necesitas entre 1,8 y 2,5 gramos por kilo de peso corporal al día, según tu nivel de actividad. Ejemplo: si pesas 70 kg, apunta a 130–175 g diarios.
- Carbohidratos: son la principal fuente de energía durante el entrenamiento. Aportan el combustible que necesitas para rendir y mantener el volumen. Se recomiendan entre 3 y 7 g por kilo de peso corporal, según la intensidad del entrenamiento.
- Grasas: aunque a veces se olvidan, también son necesarias. Ayudan en la producción hormonal y en la absorción de ciertas vitaminas. Entre un 20 % y un 35 % del total calórico diario debe venir de grasas saludables (aceite de oliva, aguacate, frutos secos).
- Superávit calórico: si tu objetivo es ganar masa muscular, necesitas consumir más calorías de las que quemas. Un excedente de 200 a 500 kcal al día suele ser suficiente para progresar sin ganar grasa innecesaria.
Cuándo comer antes y después de entrenar para aprovechar el estímulo
El timing de las comidas no es tan decisivo como la cantidad total diaria, pero puede ayudarte a rendir mejor y a recuperarte más rápido.
- Antes de entrenar: toma una comida rica en carbohidratos y algo de proteína unas 2 horas antes. Por ejemplo: arroz con pollo, avena con yogur o pan integral con pavo.
- Después de entrenar: en la siguiente hora tras el ejercicio, consume una fuente de proteínas de alta calidad junto a carbohidratos. Un batido de proteínas con fruta, o una tortilla con arroz, son buenas opciones.
- Durante el día: reparte la proteína en 3 a 5 comidas, asegurando que cada una aporte entre 20 y 40 gramos. Esto favorece una síntesis proteica más estable y continua.
Comer para la hipertrofia no significa comer sin criterio. Lo que haces en la cocina también cuenta como parte del entrenamiento.
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Recuperación, descanso y errores comunes que te frenan
Mucha gente entrena duro, come bien y aun así no ve resultados. ¿Por qué? Porque no descansan lo suficiente o cometen errores que bloquean los avances. La hipertrofia no ocurre durante el entrenamiento, sino en la recuperación. Dormir poco, entrenar sin pausa o no dejar tiempo al cuerpo para adaptarse puede frenar todo tu progreso.
Dormir, parar y no obsesionarse: cómo recuperar para crecer
La recuperación entre sesiones debe respetar los tiempos que necesita cada grupo muscular. En general, conviene dejar entre 48 y 72 horas antes de volver a entrenar el mismo músculo con intensidad.
El sueño es otro factor clave. Durante la noche se liberan hormonas como la testosterona y la hormona del crecimiento, que están directamente relacionadas con la reparación muscular. Si duermes menos de 7 horas con frecuencia, estás limitando tu capacidad para ganar masa.
Además, no entrenes cada día como si fuera una competición. Alternar días duros con días más suaves o con descanso total no solo es recomendable, sino necesario. El progreso llega cuando entrenas y te recuperas, no cuando acumulas fatiga sin parar.
Lo que más suele fallar en un plan de entrenamiento para hipertrofia
Hay errores que se repiten con frecuencia y que pueden neutralizar incluso los programas mejor diseñados:
- Falta de progresión: si no aumentas poco a poco la carga, el volumen o la dificultad, el cuerpo se estanca. Entrenar siempre igual no estimula nuevas adaptaciones.
- Técnica incorrecta: mover peso sin control o hacer trampas en cada repetición reduce el estímulo en el músculo y aumenta el riesgo de lesión.
- Descansos mal gestionados: si descansas muy poco, acumulas fatiga; si descansas demasiado, pierdes efectividad. Usar pausas de 2-3 minutos en ejercicios grandes y 1-2 en los pequeños suele funcionar bien.
- Desorden y falta de planificación: entrenar “lo que toque hoy” sin estructura impide medir progresos. Una rutina bien planificada, con ejercicios definidos y registro de cargas, te da control y claridad.
- Obsesión con los suplementos sin base: ni los batidos ni los BCAA harán milagros si no cumples con el entrenamiento, la comida y el descanso.
Evitar estos errores no requiere experiencia, solo atención. Si los tienes controlados, ya tienes medio camino hecho.
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Cómo organizar tu entrenamiento semanal para ganar masa muscular
Saber cómo repartir tus entrenamientos a lo largo de la semana es tan importante como elegir los ejercicios o las cargas. Un buen plan semanal no solo mejora tus resultados, también te ayuda a evitar sobrecargas y te permite ser constante. Aquí te mostramos cómo organizarte según tu nivel y tus circunstancias.
Rutinas para principiantes, intermedios y avanzados
Si estás empezando, lo más efectivo es entrenar 3 días por semana con rutinas de cuerpo completo. Este enfoque te permite estimular todos los grupos musculares varias veces, sin necesidad de pasar horas en el gimnasio.
Ejemplo básico:
- Lunes, miércoles y viernes: ejercicios compuestos como sentadillas, press de banca, remo con barra, dominadas y peso muerto rumano, más algunos ejercicios de aislamiento para brazos y abdomen.
Si ya tienes algo de experiencia, puedes dividir la rutina en torso y pierna o empuje/tirón/piernas, entrenando entre 4 y 5 días por semana. Así aumentas el volumen sin saturar un solo entrenamiento.
Ejemplo intermedio:
- Lunes: torso (empuje)
- Martes: piernas
- Miércoles: descanso
- Jueves: torso (tirón)
- Viernes: piernas + core
Si eres avanzado, probablemente necesites una mayor personalización, repartiendo el trabajo según debilidades, objetivos concretos o disponibilidad. En estos casos, lo esencial es no perder de vista el equilibrio entre volumen, recuperación y calidad de cada sesión.
Qué tener en cuenta según tu edad, tu genética y tu experiencia
- Edad: con los años, la capacidad de recuperación disminuye. Si tienes más de 40, quizá necesites más días de descanso entre sesiones intensas, aunque eso no impide que sigas ganando masa muscular si adaptas bien el plan.
- Genética: influye, sí, pero no determina. Algunas personas responden más rápido, otras necesitan más tiempo o un enfoque más estratégico. En cualquier caso, la constancia supera al talento si mantienes el esfuerzo y la planificación.
- Historial de entrenamiento: cuanto más tiempo lleves entrenando, más difícil será seguir ganando músculo. Por eso, en niveles avanzados, la clave está en afinar detalles, variar estímulos y medir progresos con paciencia.
Organizar bien tu semana no significa llenarla de ejercicios. Significa darle a tu cuerpo el estímulo adecuado… y el tiempo justo para crecer.
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Entrenar bien no es entrenar más, es hacerlo con cabeza
Ganar masa muscular no es cuestión de suerte ni de fórmulas secretas. Es el resultado de aplicar con coherencia principios que están bien establecidos: un entrenamiento con volumen suficiente, cargas bien gestionadas, técnica cuidada, alimentación ajustada y descanso real. Cada una de estas piezas cumple una función concreta. Si falla una, las demás pierden fuerza.
La buena noticia es que no necesitas hacer todo perfecto desde el principio. Solo necesitas entender lo que estás haciendo y tomar decisiones con criterio. Con una rutina bien planteada, una alimentación que acompañe y un poco de paciencia, la hipertrofia llega. Y cuando llega, no solo lo notas en el espejo, también en cómo te mueves, cómo te sientes y cómo te enfrentas al esfuerzo.
No se trata de hacer más. Se trata de hacer mejor. Tu entrenamiento, tu cuerpo y tus resultados te lo agradecerán.
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