¿Puedes asegurar multas de tráfico con tu seguro de coche? No, la ley española prohíbe expresamente que las aseguradoras paguen multas o sanciones de tráfico. Sin embargo, esto no significa que tu póliza no pueda ayudarte: la mayoría de compañías ofrecen coberturas de defensa jurídica que te permiten recurrir sanciones que consideres injustas sin coste adicional.

Esta distinción es fundamental para entender qué protección real ofrece tu seguro. Mientras que el pago de la multa siempre correrá de tu bolsillo, el proceso de impugnación —con todos los trámites administrativos, asesoramiento legal y gestión de recursos— puede estar completamente cubierto.

En PuntoSeguro queremos que entiendas cómo funcionan los seguros, especialmente los que son más habituales, como los seguros de auto. Por eso, en este artículo te explicamos por qué existe esta prohibición legal, qué servicios sí incluyen los seguros para defenderte ante multas de tráfico y cuándo te conviene contratar esta cobertura.
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¿Se pueden asegurar multas de tráfico en España?

No, asegurar multas de tráfico está prohibido por ley en España. El artículo 76 b de la Ley de Contrato de Seguro establece de forma explícita que quedan excluidos de cualquier cobertura de seguro el pago de multas y la indemnización de gastos originados por sanciones impuestas por autoridades administrativas o judiciales. Esta normativa es clara e inapelable: ninguna compañía puede hacerse cargo del importe económico de tus multas de tráfico.

Sin embargo, existe una confusión habitual entre «asegurar» y «recurrir» multas. Cuando hablamos de asegurar, nos referimos al pago directo de la sanción económica, algo que la ley prohíbe rotundamente. Por el contrario, recurrir significa impugnar administrativamente una multa que consideras injusta, y aquí es donde tu seguro sí puede intervenir. Las aseguradoras pueden ofrecer coberturas de defensa jurídica o recurso de multas que incluyen asesoramiento legal, redacción de alegaciones y gestión completa del proceso administrativo, pero en ningún caso sustituyen tu obligación de pagar si la sanción se confirma.

Esta distinción marca la diferencia entre protección legal y evasión de responsabilidades. Tu seguro actúa como defensor de tus derechos ante la administración, no como pagador de sanciones. Si tras agotar todos los recursos administrativos la multa se mantiene, serás tú quien deba abonar el importe, los posibles recargos por demora y cualquier gasto derivado del procedimiento sancionador.

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Por qué la ley prohíbe asegurar multas de tráfico

La prohibición de asegurar multas se fundamenta en tres principios jurídicos esenciales que protegen la integridad del sistema sancionador español. Estos pilares garantizan que las multas cumplan su función educativa y disuasoria, evitando que los conductores puedan eludir las consecuencias de sus infracciones mediante el simple pago de una prima de seguro.

Principio de orden público

Las sanciones de tráfico tienen un carácter punitivo que forma parte del orden público. Permitir que una aseguradora pague tus multas supondría desvirtuar completamente el sistema sancionador, convirtiendo las infracciones en un mero trámite económico sin consecuencias reales para el infractor. El Estado impone multas para corregir comportamientos peligrosos al volante, no para generar ingresos transferibles a terceros.

Cuando cometes una infracción, la sanción busca que reflexiones sobre tu conducta y modifiques tus hábitos de conducción. Si pudieras derivar ese coste a una compañía de seguros, la multa perdería su sentido correctivo y se convertiría en una simple partida contable para tu aseguradora.

Carácter personal de las sanciones

Las penas son personalísimas por naturaleza jurídica. Quien comete la infracción debe asumir personalmente sus consecuencias, tanto económicas como administrativas. Este principio impide que un tercero, como una aseguradora, cargue con la responsabilidad derivada de tu conducta al volante.

La personalidad de las sanciones se extiende también a la pérdida de puntos del carnet. Aunque tu seguro pueda cubrir los cursos de recuperación, eres tú quien debe asistir a ellos y quien experimenta la amenaza real de quedarte sin permiso de conducir. Esta experiencia personal es irreemplazable y forma parte del efecto disuasorio del sistema.

Función disuasoria de las multas

Si las multas pudieran asegurarse, su efecto disuasorio desaparecería por completo. Los conductores podrían adoptar comportamientos temerarios sabiendo que no sufrirán impacto económico directo. Esto convertiría las carreteras en espacios más peligrosos y dispararía la siniestralidad vial.

El sistema actual obliga a cada conductor a valorar las consecuencias económicas de sus acciones. Saber que una multa por exceso de velocidad te costará 100, 300 o 600 euros de tu bolsillo te hace pisar el freno. Eliminar esa consecuencia directa eliminaría también el incentivo para conducir con prudencia.

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Qué servicios sí cubre tu seguro ante multas de tráfico

Aunque no pueden pagar tus multas, los seguros ofrecen coberturas de defensa jurídica que incluyen asesoramiento profesional, gestión completa de recursos y servicios complementarios para proteger tu carnet de conducir. Estas prestaciones te ahorran tiempo, dinero en abogados y la complejidad de enfrentarte solo a la administración.

Asesoramiento jurídico y gestión de recursos

El servicio básico incluye una línea telefónica de consulta donde abogados especializados evalúan si tu multa tiene vicios de forma o argumentos sólidos para ser recurrida. No todas las sanciones merecen recurso, y este asesoramiento inicial te ahorra esfuerzos inútiles.

Si procede impugnar, la aseguradora se encarga de todo el proceso administrativo. Redactan los escritos de alegación con argumentación jurídica sólida, presentan los recursos ordinarios o de reposición ante el organismo competente y realizan el seguimiento hasta obtener resolución definitiva. Tú solo debes facilitar la documentación: la notificación de la multa y el sobre en que la recibiste.

Algunas compañías ofrecen además un servicio de monitorización de boletines oficiales. Te avisan automáticamente si aparece alguna sanción a tu nombre, evitando que una multa se convierta en apremio por desconocimiento.

Servicios adicionales según la aseguradora

Más allá del recurso básico, muchas pólizas incluyen protección económica ante la pérdida de puntos. Cubren la matrícula de los cursos de sensibilización y reeducación vial, que pueden costar entre 200 y 500 euros, permitiéndote recuperar hasta seis puntos sin desembolso.

Si llegas a perder completamente el permiso de conducir, algunas aseguradoras ofrecen un subsidio mensual de hasta 450 euros durante un año. Esta prestación compensa los gastos extras de transporte público o alternativas de movilidad mientras recuperas el carnet.

También cubren las tasas de la prueba teórica necesaria para recuperar el permiso tras su retirada y los gastos del reconocimiento médico obligatorio. En conjunto, estos servicios pueden suponer un ahorro de más de 1.000 euros.

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Cómo funciona la cobertura de defensa de multas

El proceso para recurrir una multa con tu seguro es sencillo y se desarrolla completamente en vía administrativa, sin que tengas que preocuparte por trámites burocráticos. Desde el momento en que recibes la notificación hasta la resolución final, la aseguradora gestiona cada fase del procedimiento.

Cuando llega la multa a tu domicilio, dispones de un plazo limitado para actuar. La mayoría de aseguradoras establecen entre 5 y 15 días desde la fecha de notificación para comunicarles la sanción. Este plazo es crucial: si lo sobrepasas, perderás el derecho a que gestionen el recurso. Debes contactar inmediatamente por teléfono o a través del área de cliente online.

Una vez notificada la multa, te pedirán que envíes la documentación completa. Necesitan el documento original de la sanción y el sobre en que fue recibida, ya que la fecha del matasellos puede ser determinante para calcular plazos de recurso. Algunas compañías permiten enviar fotografías o escaneos, mientras otras requieren los originales por correo postal.

El departamento jurídico analiza tu caso en los días siguientes. Evalúan si existen motivos sólidos para recurrir: errores en la identificación del vehículo o conductor, defectos de forma en la notificación, señalización inadecuada o circunstancias atenuantes. Si consideran que el recurso tiene posibilidades, proceden a redactar el escrito de alegaciones.

Este documento se presenta ante el organismo sancionador dentro del plazo legal, normalmente 20 días desde la notificación. La administración dispone entonces de varios meses para resolver. Si la resolución es desestimatoria, la aseguradora puede interponer un recurso de reposición como segunda oportunidad antes de agotar la vía administrativa.

Durante todo el proceso recibes información actualizada del estado de tu expediente. Si el recurso prospera, la multa queda anulada sin coste alguno. Si se confirma la sanción, deberás abonar el importe íntegro más los posibles recargos por demora, ya que al recurrir renuncias al descuento por pronto pago.

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Limitaciones y exclusiones de la cobertura de recurso de multas

Las coberturas de defensa de multas tienen restricciones específicas relacionadas con el importe, el tipo de infracción y los plazos de actuación. Conocer estos límites te evitará sorpresas desagradables cuando necesites usar el servicio.

La mayoría de aseguradoras establecen un importe mínimo para recurrir. No gestionan multas inferiores a 90 o 100 euros porque el coste administrativo supera el beneficio potencial. Si recibes una sanción por debajo de este umbral, deberás recurrir por tu cuenta o asumir el pago.

En cuanto al tipo de infracciones, existen exclusiones importantes. Muchas compañías no cubren multas de aparcamiento en zonas reguladas por ORA u OTA, considerándolas sanciones municipales fuera del ámbito de tráfico. Tampoco recurren infracciones relacionadas con el transporte de mercancías, normativa medioambiental o legislación portuaria. Las sanciones derivadas de ordenanzas municipales específicas también quedan habitualmente fuera.

Los plazos son otro factor limitante. Debes comunicar la multa en un periodo muy breve, normalmente entre 5 y 15 días desde su notificación. Pasado este tiempo, pierdes el derecho a que la aseguradora gestione el recurso. Además, al decidir recurrir renuncias automáticamente al descuento por pronto pago del 50%, por lo que si finalmente la sanción se confirma, pagarás el importe completo más recargos por demora.

La vía de recurso también tiene límites. La inmensa mayoría de aseguradoras solo actúan en vía administrativa, es decir, presentan alegaciones y recursos de reposición, pero no llegan al recurso contencioso-administrativo ante los tribunales. Esta vía judicial implica costes elevados de abogado y procurador que pueden superar fácilmente los 1.500 euros. Algunas compañías cubren el contencioso-administrativo solo para multas superiores a 200 euros que conlleven pérdida de puntos, y con límites de hasta 600 euros en gastos legales.

Finalmente, el proveedor suele ser único. Aseguradoras como Reale o Qualitas trabajan exclusivamente con empresas especializadas como ARAG. No puedes elegir tu propio abogado ni tramitar el recurso con otra gestoría. Si prefieres gestionar personalmente la impugnación, la cobertura no te será útil.

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Cuándo te interesa contratar esta cobertura

La rentabilidad de esta cobertura depende directamente de tu perfil como conductor y del uso que hagas de tu vehículo. No todos los conductores obtienen el mismo beneficio de esta protección.

Te conviene especialmente si utilizas el coche a diario por motivos laborales. Profesionales autónomos, comerciales o repartidores acumulan muchos kilómetros y transitan frecuentemente por zonas urbanas con alta densidad de radares y controles. Cada día al volante multiplica las probabilidades de recibir alguna sanción, aunque conduzcas con prudencia.

También resulta valiosa para quienes circulan habitualmente por grandes ciudades. Madrid, Barcelona, Valencia o Sevilla concentran numerosas zonas de control de velocidad, restricciones de acceso y regulaciones específicas que cambian con frecuencia. Desconocer una nueva limitación puede costarte una multa que, con asesoramiento profesional, podría recurrirse por defectos en la señalización.

Si has tenido sanciones anteriormente o te acercas al límite de puntos del carnet, esta cobertura te aporta tranquilidad adicional. Recurrir con éxito una multa puede significar la diferencia entre conservar tu permiso de conducir o perderlo temporalmente.

Por el contrario, puede no compensarte si conduces ocasionalmente los fines de semana o para trayectos cortos. Un conductor precavido sin historial de multas probablemente no necesitará usar esta cobertura en años, convirtiendo los 50-60 euros anuales en un gasto poco rentable.

Considera también el coste de la alternativa. Contratar un abogado particular para recurrir una multa cuesta desde 150 euros por un recurso administrativo básico. Si pagas entre 4 y 5 euros mensuales por la cobertura, recuperas la inversión anual recurriendo una sola sanción. A partir de la segunda, el ahorro es evidente.

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