El robo y el hurto no son lo mismo. Conocer estos dos conceptos es importante a la hora de contratar cualquier tipo de seguro, puesto que en la mayoría de los casos el robo está cubierto y el hurto no. En el caso de los seguros de hogar, es importante matizar qué es cada cosa y qué se cubre en cada caso. Por lo tanto, lo primero que tenemos que hacer es diferenciar estos dos términos.

En PuntoSeguro queremos que comprendas cómo funcionan los seguros y cómo pueden protegerte ante problemas que podrían resultarte muy caros. Por eso, en este artículo te contamos qué cubre exactamente tu seguro de hogar de cara al hurto, qué exclusiones aplican y cuáles son los límites de compensación te ayudará a proteger mejor tu hogar y evitar sorpresas desagradables si sufres este tipo de incidente.

¿Qué es el hurto y en qué se diferencia del robo?

El hurto es la sustracción de bienes ajenos sin emplear violencia ni fuerza, mientras que el robo implica forzar cerraduras, romper ventanas o intimidar a las personas para apoderarse de objetos. Esta distinción legal no es un simple tecnicismo, sino que determina directamente cómo responderá tu aseguradora ante un incidente y qué nivel de protección recibirás. Comprender esta diferencia te permitirá saber qué esperar de tu póliza y qué pruebas necesitarás aportar si presentas una reclamación.

Definición legal de hurto

El hurto se produce cuando alguien se lleva tus pertenencias aprovechando que no has cerrado la puerta, que dejaste una ventana abierta o que accedió a tu jardín sin necesidad de saltar vallas ni romper candados. No hay señales físicas de que hayan forzado la entrada. Imagina que sales a tirar la basura, dejas la puerta entreabierta unos minutos y al volver descubres que falta tu ordenador portátil del salón. Eso es un hurto. No hubo violencia, ni amenazas, ni daños materiales. Simplemente alguien aprovechó la oportunidad.

La clave está en la ausencia de fuerza. Si un ladrón entra por una puerta que olvidaste cerrar con llave o por una ventana que dejaste mal encajada, legalmente se considera hurto aunque te sientas igual de vulnerado que si hubieran roto la cerradura.

Definición legal de robo

El robo, por el contrario, requiere que el delincuente haya empleado fuerza en las cosas o violencia e intimidación contra las personas. Forzar una cerradura con una palanca, romper el cristal de una ventana, descerrajar una puerta o amenazar a los ocupantes de la vivienda son ejemplos claros de robo. En estos casos existen pruebas físicas del acto: marcos dañados, cerraduras rotas, cristales en el suelo.

También se considera robo cuando los delincuentes entran mediante escalamiento, es decir, trepando por balcones o fachadas para acceder a la vivienda. La evidencia física resulta determinante para que la aseguradora clasifique el incidente como robo y no como hurto.

Por qué esta diferencia importa en tu seguro

Las aseguradoras aplican criterios completamente distintos según se trate de robo o hurto. En casos de robo, la cobertura suele ser más amplia y los límites de indemnización más generosos. Las compañías entienden que tomaste precauciones razonables y que el delincuente empleó medios extraordinarios para entrar.

Con el hurto, la cosa cambia. La ausencia de fuerza hace que la aseguradora evalúe tu nivel de diligencia. ¿Cerraste con llave? ¿Activaste la alarma? ¿Tomaste precauciones básicas? Si dejaste la puerta abierta por descuido o negligencia, es probable que la compañía rechace tu reclamación alegando falta de cuidado por tu parte.

Esta distinción también afecta a los límites de indemnización. Muchas pólizas establecen topes más bajos para hurtos que para robos, precisamente porque consideran que el asegurado pudo haber evitado el incidente con medidas de seguridad básicas. Conocer esta diferencia te ayudará a entender qué cubre realmente tu póliza y a mantener los hábitos de seguridad necesarios para que la protección sea efectiva.

⇒Lee esto también: Guía sobre el seguro de hogar: conceptos básicos y preguntas frecuentes

¿El seguro de hogar cubre el hurto dentro de la vivienda?

Sí, el seguro de hogar puede cubrir el hurto dentro de la vivienda, pero solo si has contratado una póliza que incluya la cobertura del contenido, no únicamente del continente. Esta protección viene con condiciones específicas y limitaciones que debes conocer antes de asumir que estarás completamente cubierto. La respuesta de tu aseguradora dependerá del tipo de contrato que tengas y de las circunstancias exactas en que se produjo la sustracción.

Pólizas básicas frente a pólizas completas

Los seguros de hogar más económicos suelen cubrir únicamente el continente, es decir, la estructura física de tu vivienda: paredes, techos, instalaciones fijas. Si alguien entra en tu casa y se lleva el televisor, el portátil o tus joyas, esta póliza básica no te indemnizará absolutamente nada. Para estar protegido contra hurtos necesitas contratar expresamente la cobertura del contenido, que incluye tus muebles, electrodomésticos, ropa, dispositivos electrónicos y demás pertenencias personales.

Muchas personas contratan un seguro de hogar creyendo que están completamente protegidas, sin revisar qué incluye exactamente su póliza. Descubren la realidad cuando presentan una reclamación y la aseguradora les informa de que solo tenían cubierta la estructura. Revisa tu póliza ahora mismo: si solo aparece «continente» sin mención al «contenido», no estás protegido contra hurtos de tus pertenencias.

Las pólizas completas, que combinan continente y contenido, sí ofrecen protección, aunque con limitaciones importantes. El nivel de cobertura varía considerablemente entre compañías y entre distintas modalidades de seguro dentro de la misma aseguradora. Una póliza básica con contenido no te dará la misma protección que una póliza premium, especialmente en lo referente a los límites de indemnización.

Qué requisitos debe cumplir tu seguro para cubrir hurtos

Para que tu seguro responda ante un hurto, deben cumplirse varios requisitos simultáneamente. Primero, la sustracción debe haber ocurrido dentro del domicilio asegurado. Si te roban el móvil en la calle o en el coche, tu seguro de hogar no cubrirá esa pérdida aunque tengas contratada la cobertura del contenido.

Segundo, no debe haber negligencia grave por tu parte. Si dejaste la puerta principal abierta durante horas o te fuiste de fin de semana con las ventanas sin cerrar, la aseguradora puede rechazar tu reclamación. Las compañías esperan que tomes precauciones mínimas razonables para proteger tu hogar. Olvidar cerrar con llave una vez puede considerarse un descuido puntual, pero hacerlo habitualmente o dejar accesos abiertos de forma consciente se interpreta como negligencia.

Tercero, debes respetar las condiciones sobre deshabitación de la vivienda. Algunas pólizas excluyen la cobertura si tu casa permanece vacía más de tres días consecutivos sin que lo hayas comunicado previamente a la aseguradora. Esta cláusula busca evitar que asegures viviendas deshabitadas que presentan mayor riesgo de hurto.

Por último, ten en cuenta que el límite de indemnización por hurto suele ser inferior al establecido para casos de robo. La ausencia de violencia hace que las aseguradoras consideren estos incidentes como más evitables y, por tanto, limitan la compensación económica. Verifica en tu póliza cuál es el tope específico para hurtos, porque puede ser significativamente menor que la suma total asegurada.

⇒Lee esto también: ¿Cubre el seguro de hogar los robos en el portal?

¿Qué hurtos quedan excluidos de la cobertura?

Las aseguradoras excluyen de cobertura los hurtos cometidos por negligencia grave del asegurado, por personal doméstico o convivientes, así como las pérdidas simples, extravíos y sustracciones en zonas comunes del edificio. Estas exclusiones buscan delimitar claramente las situaciones donde la responsabilidad recae sobre el asegurado o donde resulta imposible acreditar que hubo realmente un hurto. Conocer estas limitaciones te evitará sorpresas desagradables y te ayudará a tomar las precauciones necesarias.

Negligencia grave del asegurado

La negligencia grave es el motivo más frecuente de rechazo en reclamaciones por hurto. Dejar puertas o ventanas abiertas de forma deliberada o por descuido reiterado entra dentro de esta categoría. Las aseguradoras entienden que todos podemos tener un despiste puntual, pero esperan que mantengamos un nivel básico de diligencia en la protección de nuestra vivienda.

Si saliste a comprar el pan y dejaste la puerta entreabierta cinco minutos, eso puede considerarse un descuido comprensible. Pero si te fuiste a trabajar dejando la ventana del salón completamente abierta o te marchaste de vacaciones sin cerrar con llave la entrada principal, la aseguradora argumentará que facilitaste el hurto de forma consciente o por dejadez extrema.

Lo mismo ocurre con los sistemas de seguridad. Si tu vivienda tiene alarma instalada y no la activas nunca, o si dispones de cerraduras de seguridad pero usas únicamente el pestillo simple, puedes estar dando argumentos a la compañía para rechazar tu reclamación. La negligencia no solo se refiere a dejar accesos abiertos, sino también a no utilizar los medios de protección disponibles.

Cada aseguradora evalúa la negligencia según sus propios criterios, pero existe un consenso general: se espera que cierres puertas y ventanas cuando salgas de casa, que eches la llave y que actives los sistemas de seguridad básicos. No cumplir estas medidas elementales te sitúa en terreno de exclusión.

Hurtos cometidos por personal doméstico o convivientes

Las sustracciones realizadas por empleados del hogar, inquilinos o personas que convivan habitualmente contigo quedan generalmente fuera de cobertura. La lógica detrás de esta exclusión es que estas personas tienen acceso legítimo a tu vivienda, lo que hace muy difícil demostrar que hubo sustracción y no simplemente un conflicto interpersonal o laboral.

Si contratas a una persona para limpiar tu casa y después descubres que falta dinero de un cajón, tu seguro probablemente no cubrirá esa pérdida. Algunas pólizas más completas sí incluyen esta protección hasta ciertos límites específicos, generalmente bajos, pero debes verificarlo expresamente en tus condiciones particulares porque no es lo habitual.

Los hurtos por parte de inquilinos presentan una situación similar. Si alquilas una habitación en tu vivienda y esa persona se lleva pertenencias tuyas, el seguro lo considerará un conflicto entre convivientes más que un hurto asegurable. La persona tenía acceso autorizado al domicilio, lo que rompe el esquema típico de protección del seguro.

Esta exclusión no afecta a los hurtos cometidos por visitantes ocasionales, reparadores que vienen puntualmente o personas sin relación de convivencia. Si llamas a un técnico para arreglar la calefacción y aprovecha para llevarse algo, eso sí podría estar cubierto, aunque deberás demostrar que el técnico estuvo en tu casa ese día y que el objeto desapareció en ese momento concreto.

Pérdidas, extravíos y hurtos en zonas comunes

Tu seguro de hogar no cubre la simple pérdida o extravío de objetos. Si no encuentras tus pendientes o no recuerdas dónde dejaste el reloj, no hay cobertura posible. Para que exista hurto debe poder acreditarse que alguien se llevó el objeto, no solo que ha desaparecido. Esta distinción resulta obvia pero genera muchas reclamaciones rechazadas.

Las zonas comunes del edificio quedan fuera de la protección de tu póliza individual. Si guardas la bicicleta en el trastero comunitario del sótano y desaparece, o si dejas herramientas en el garaje común y alguien se las lleva, tu seguro de hogar no responderá. Estas áreas no forman parte del espacio asegurado en tu póliza, que se limita exclusivamente a tu vivienda particular.

Lo mismo ocurre con los hurtos fuera de casa. Si te sustraen el móvil en el metro, te roban la cartera en un restaurante o desaparece tu maleta en el aeropuerto, el seguro de hogar no te indemnizará. Existen seguros específicos de dispositivos móviles o seguros de viaje que cubren estas situaciones, pero caen fuera del alcance de tu póliza de vivienda.

Esta exclusión se justifica porque la aseguradora considera que fuera de tu domicilio no puede exigirte el mismo nivel de control sobre tus bienes. El seguro de hogar protege lo que ocurre dentro de las cuatro paredes de tu casa, no tus pertenencias cuando las llevas contigo por la ciudad.

⇒Lee esto también: ¿El seguro de hogar cubre el valor real de las joyas y objetos de arte?

¿Cuáles son los límites de indemnización por hurto?

Las pólizas establecen límites específicos de indemnización según el tipo de bien sustraído: entre 300 y 600 euros para dinero en efectivo, cantidades variables para joyas y objetos de valor que requieren declaración previa, y topes máximos por siniestro que pueden alcanzar los 6.000 euros en algunas compañías. Estos límites son significativamente inferiores a los establecidos para casos de robo y varían considerablemente entre aseguradoras. Conocer estas cifras te ayudará a valorar si tu protección actual resulta suficiente para tus necesidades reales.

Dinero en efectivo

El dinero en efectivo tiene las coberturas más restrictivas de todas. Las aseguradoras establecen límites muy bajos, habitualmente entre 300 y 600 euros, independientemente de cuánto dinero tengas realmente guardado en casa. Si alguien entra en tu vivienda y se lleva 2.000 euros que habías dejado en un cajón, solo recibirás como máximo 600 euros, incluso con la mejor póliza.

Esta limitación responde a varios motivos. Primero, resulta extremadamente difícil demostrar cuánto dinero había exactamente en tu casa en el momento del hurto. No existen registros bancarios ni facturas que acrediten esa cantidad. Segundo, las aseguradoras consideran imprudente mantener grandes sumas de efectivo en el domicilio cuando existen alternativas seguras como las cuentas bancarias.

La recomendación es clara: no guardes cantidades importantes de dinero en casa. Si necesitas tener algo de efectivo para imprevistos, mantén solo lo imprescindible. Para ahorros o cantidades significativas, utiliza siempre entidades financieras. Tu seguro no está diseñado para proteger grandes sumas en metálico.

Algunas personas guardan dinero en casa por desconfianza hacia los bancos o por costumbre familiar, pero deben ser conscientes de que asumen completamente el riesgo. La cobertura del seguro resulta meramente testimonial para estas situaciones.

Joyas y objetos de valor

Las joyas, obras de arte, antigüedades, colecciones y objetos de especial valor requieren declaración previa en tu póliza para estar adecuadamente protegidos. Sin esta declaración expresa, la indemnización que recibirás será mínima o directamente nula, independientemente del valor real de los objetos sustraídos.

Declarar objetos de valor implica informar a tu aseguradora sobre su existencia, aportar documentación que acredite su autenticidad y valor (facturas de compra, tasaciones, certificados de autenticidad) y, en muchos casos, pagar una prima adicional por esa cobertura extra. A cambio, la aseguradora establece un límite específico de indemnización para esos bienes concretos.

Si tienes un anillo heredado valorado en 5.000 euros y no lo has declarado, la aseguradora puede indemnizarte únicamente con el límite genérico para joyas que establezca tu póliza básica, que podría ser tan bajo como 300 o 500 euros. La diferencia resulta abismal y el disgusto, enorme.

Esta obligación de declaración no solo afecta a joyas. También se aplica a cuadros de valor, instrumentos musicales profesionales, equipos fotográficos de alta gama, colecciones de sellos o monedas, antigüedades y cualquier bien cuyo valor supere significativamente el de los objetos domésticos habituales. Revisa qué tienes en casa y valora si necesitas hacer estas declaraciones.

Topes máximos por siniestro

Además de los límites específicos por tipo de bien, las pólizas establecen topes máximos de indemnización por siniestro. Estos límites varían enormemente entre compañías y modalidades de seguro. Algunas aseguradoras fijan máximos de 6.000 euros por hurto, mientras otras ofrecen coberturas superiores en pólizas premium.

El tope por siniestro actúa como límite absoluto. Aunque tengas contratada una suma asegurada global de 30.000 euros para el contenido, si el límite específico para hurtos es de 6.000 euros, esa será la indemnización máxima que recibirás aunque te hayan sustraído bienes por valor de 15.000 euros. Este límite se aplica al conjunto del siniestro, no a cada objeto individualmente.

Para conocer cuál es tu tope específico, debes consultar las condiciones particulares de tu póliza. Busca el apartado de coberturas y límites, donde aparecerán desglosadas las cantidades máximas para cada tipo de incidente. No asumas que tu suma asegurada total se aplica por igual a todas las situaciones.

Si consideras que los límites de tu póliza actual resultan insuficientes para el valor real de tus pertenencias, puedes solicitar una ampliación de cobertura. Esto implicará pagar una prima más elevada, pero te garantizará una protección más acorde con tu situación real. Revisar estos límites anualmente tiene sentido, especialmente si has adquirido bienes de valor o si tus circunstancias han cambiado significativamente.

⇒Lee esto también: ¿Merece la pena contratar la cobertura de robo en el seguro de hogar?

¿Cómo protegerte mejor contra el hurto con tu seguro de hogar?

Protegerte adecuadamente contra el hurto requiere combinar una póliza apropiada con hábitos de seguridad consistentes y una revisión periódica de tus coberturas. No basta con contratar un seguro y olvidarte del tema. La protección efectiva exige que comprendas qué has contratado, que mantengas ciertas precauciones básicas y que adaptes tu seguro cuando cambien tus circunstancias. Estos consejos prácticos te ayudarán a estar realmente protegido.

  • Contrata cobertura del contenido, no solo del continente. Esta es la medida fundamental. Si tu póliza actual solo protege la estructura de tu vivienda, estás completamente desprotegido contra hurtos de tus pertenencias. Contacta con tu aseguradora y amplía tu contrato para incluir el contenido. El incremento en la prima suele ser razonable comparado con la tranquilidad que aporta.
  • Lee detenidamente las condiciones particulares de tu póliza. Dedica tiempo a revisar qué límites específicos se aplican a los hurtos, qué exclusiones contiene tu contrato y qué obligaciones tienes como asegurado. Muchas personas descubren estas cláusulas solo cuando presentan una reclamación, cuando ya es demasiado tarde para hacer ajustes. Conocer tu póliza de antemano te permite tomar decisiones informadas.
  • Declara objetos de valor desde el principio. Si posees joyas heredadas, obras de arte, instrumentos musicales profesionales, equipos fotográficos de alta gama o colecciones valiosas, infórmalo a tu aseguradora y aporta la documentación necesaria. Esta declaración puede incrementar tu prima, pero garantiza que recibirás una indemnización justa si sufres un hurto. Sin declaración previa, la compensación será testimonial.
  • Mantén siempre cerradas puertas y ventanas cuando salgas. Parece obvio, pero este hábito resulta determinante para que tu aseguradora acepte tu reclamación. Cierra con llave la puerta principal, asegura las ventanas y activa los sistemas de seguridad disponibles. Un simple descuido puede convertirse en el argumento perfecto para que rechacen tu indemnización por negligencia grave.
  • Guarda facturas y documentación de tus bienes. Si sufres un hurto, necesitarás acreditar la propiedad y el valor de los objetos sustraídos. Conserva facturas de compra, fotografías, certificados de autenticidad y cualquier documento que demuestre que esos bienes te pertenecían y cuánto costaron. Sin esta documentación, la aseguradora puede cuestionar tu reclamación o reducir significativamente la indemnización.
  • Considera ampliar coberturas si tus pertenencias superan los límites estándar. Si el valor de tus bienes excede claramente los topes que establece tu póliza básica, solicita una ampliación. Pagar un poco más en prima puede marcar una diferencia enorme en caso de siniestro. Calcula el valor aproximado de tus pertenencias y compáralo con los límites de tu contrato actual.
  • Revisa tu póliza anualmente y ajusta la suma asegurada según tus necesidades. Tus circunstancias cambian con el tiempo. Compras nuevos electrodomésticos, heredas muebles, adquieres equipos informáticos. Si no actualizas tu seguro, puedes quedarte infraasegurado sin saberlo. Una revisión anual te permite mantener la protección alineada con tu realidad actual.

Protegerte contra el hurto no consiste únicamente en tener un papel firmado con una aseguradora. Requiere entender qué has contratado, mantener hábitos de seguridad razonables y revisar periódicamente si tu protección sigue siendo adecuada. La combinación de una buena póliza con sentido común te dará la tranquilidad de saber que, si ocurre lo peor, estarás respaldado.

⇒Esto también te interesará: Los Mejores Seguros de Vida Riesgo: comparativa de precios y coberturas

En PuntoSeguro.com te ayudamos con tus pólizas

PuntoSeguro es una correduría de seguros digital. Somos mediadores de seguros, por lo que te podemos ayudar a encontrar la compañía y la póliza que mejor se adapta a tus necesidades. Y si tienes algún problema con tu seguro durante tu relación contractual con la aseguradora, te ayudamos a gestionarlo. Todo ello sin coste adicional para ti.

Por lo tanto, si contratas cualquier seguro a través de PuntoSeguro solo tendrás que preocuparte del precio de la póliza. Si necesitas más información para contratar un seguro o necesitas alguna aclaración adicional, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.

En el comparador de seguros de vida de PuntoSeguro podrás comparar los precios y las condiciones de las mejores pólizas de vida del mercado, incluyendo seguros de vida con cobertura en caso de invalidez permanente absoluta.

¿Quieres más?

Contratando tu seguro de vida con PuntoSeguro tienes acceso gratuito a la app PuntoSeguro Fit. Además de tener controlada tu actividad física diaria, y contribuir a causas sociales, podrás obtener un descuento de hasta 120 € en cada renovación.

Otros artículos de interés