Los suplementos naturales para la depresión se han convertido en una opción cada vez más buscada por quienes quieren alternativas a los tratamientos farmacológicos tradicionales. La oferta parece interminable. El problema surge cuando intentamos separar lo que tiene respaldo científico de lo que solo es marketing.

Un nuevo análisis internacional ha revisado más de 200 ensayos clínicos sobre 64 productos diferentes y sus efectos en personas con síntomas de depresión. Los resultados muestran que solo un pequeño grupo de suplementos cuenta con evidencia sólida, mientras que muchos otros siguen en un terreno de incertidumbre.

Recuerda que en PuntoSeguro queremos que vivas mogollón y con buena salud. Por eso compartimos contigo, entre otras cosas, los resultados de diferentes investigaciones cuyas conclusiones pueden ayudarte a llevar una vida más saludable. En esta ocasión, repasamos qué dice la ciencia sobre los suplementos mejor estudiados, cuáles muestran resultados prometedores, qué riesgos conviene tener en cuenta y qué productos todavía carecen de base científica suficiente.

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Qué dice la ciencia sobre los suplementos naturales para la depresión

Cuando hablamos de suplementos naturales para la depresión, no todos tienen el mismo respaldo científico. Los investigadores revisaron más de 200 ensayos clínicos y clasificaron los productos en función de la solidez de la evidencia. El resultado revela que algunos suplementos destacan con pruebas consistentes, otros muestran señales prometedoras y una gran mayoría carece aún de estudios suficientes.

Productos con evidencia sólida: los que sí funcionan

Dentro de este grupo se encuentran cinco suplementos que han sido evaluados en múltiples ensayos y con resultados generalmente positivos.

  • Hierba de San Juan. En varios estudios se ha mostrado tan efectiva como algunos antidepresivos de prescripción en casos de depresión leve a moderada.
  • Azafrán. Sus extractos, sobre todo el de los estigmas, han demostrado efectos comparables a los fármacos más usados.
  • Omega-3. Aunque los resultados son algo más variables, en varios ensayos se ha observado mejoría en síntomas depresivos, especialmente cuando el suplemento incluye más EPA que DHA.
  • Probióticos. Los estudios sugieren que las bacterias intestinales pueden influir en el estado de ánimo, y algunos preparados han reducido síntomas depresivos en pacientes con y sin diagnóstico clínico.
  • Vitamina D. Diversos ensayos señalan que puede tener un efecto positivo, sobre todo en personas con déficit de esta vitamina.

Suplementos prometedores

Aquí entran productos que han sido evaluados en un número menor de estudios, pero cuyos resultados empiezan a llamar la atención. Entre ellos destacan: ácido fólico, lavanda, zinc, triptófano, rodiola y melisa. También aparecen otros con posibles beneficios, como naranja amarga, manzanilla o echium, aunque la evidencia todavía es limitada.

Los que muestran resultados mixtos o dudosos

Existen suplementos muy populares que ofrecen un panorama menos claro. Es el caso del magnesio, la cúrcuma, la melatonina, la canela o la vitamina C. Algunos ensayos señalan efectos positivos, pero otros no encuentran diferencias con el placebo.

Suplementos con evidencia insuficiente

Un total de 41 productos se han evaluado en un único ensayo clínico, lo que no permite sacar conclusiones firmes. En este grupo se encuentran desde extractos de plantas poco comunes hasta mezclas de vitaminas y minerales.

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Seguridad y precauciones en el uso de suplementos naturales

El hecho de que un producto sea natural no significa que sea inocuo. Los estudios revisados muestran que, en general, los suplementos naturales para la depresión no han generado grandes problemas de seguridad. Sin embargo, hay dos puntos clave a tener en cuenta: los efectos secundarios y las interacciones con otros tratamientos.

Algunos suplementos pueden provocar molestias digestivas leves, dolores de cabeza o reacciones cutáneas. En la mayoría de los casos, los efectos secundarios son poco frecuentes y se resuelven al suspender el producto. El verdadero riesgo está en las interacciones.

  • La hierba de San Juan, por ejemplo, puede reducir la eficacia de anticonceptivos orales, anticoagulantes o ciertos medicamentos para el corazón.
  • El omega-3, en dosis altas, puede aumentar el riesgo de sangrado si se combina con anticoagulantes.
  • El azafrán en cantidades muy elevadas puede causar mareos o náuseas, aunque no suele ser habitual.

Por eso, antes de empezar a tomar cualquier suplemento, incluso si se vende sin receta, es recomendable consultar con un profesional sanitario.

En cualquier caso, los suplementos pueden ser un apoyo, pero nunca deben sustituir a un tratamiento médico en casos de depresión moderada o grave. Tampoco deben combinarse a la ligera con fármacos recetados. Solo un médico o un farmacéutico puede valorar riesgos, beneficios y compatibilidad con otros tratamientos.

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Qué falta por investigar y qué se usa sin respaldo científico

La revisión científica dejó claro que, aunque hay suplementos con resultados alentadores, la mayoría de productos carecen de estudios suficientes o de calidad adecuada. Esto significa que hoy por hoy no podemos recomendar su uso basándonos en pruebas sólidas.

Hay plantas y remedios muy populares que apenas cuentan con ensayos clínicos. Entre los más utilizados están el ginseng, el ginkgo biloba, la flor de tila, el azahar o la menta. Muchas personas los consumen de forma habitual para aliviar síntomas de depresión leve, pero todavía no se han evaluado en estudios rigurosos.

Otra limitación importante es la falta de información sobre seguridad. De los más de 200 ensayos revisados, solo un 69 % reportó efectos secundarios de forma completa. Además, casi no existen estudios que analicen la combinación de suplementos con terapias psicológicas, o que evalúen si su uso supone un ahorro para el sistema de salud.

En definitiva, hay un vacío de conocimiento sobre productos muy extendidos en la vida cotidiana y sobre cómo se comportan en escenarios reales, más allá de los ensayos controlados.

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Cómo interpretar la evidencia sobre suplementos y depresión

El interés por los suplementos naturales para la depresión refleja el deseo de encontrar soluciones más accesibles y con menos efectos secundarios que los fármacos convencionales. La ciencia respalda a algunos productos como la hierba de San Juan, el azafrán, los probióticos, los omega-3 y la vitamina D, pero la mayoría de suplementos siguen en un terreno de incertidumbre.

La clave está en no dejarse llevar por la publicidad o las modas. Antes de probar cualquier suplemento conviene hacerse tres preguntas sencillas:

  • ¿Existe evidencia científica sólida? Un solo estudio no basta para confirmar su eficacia.
  • ¿Es seguro para mí? Algunos productos pueden interactuar con medicamentos que ya estés tomando.
  • ¿He consultado a un profesional de la salud? Es la mejor forma de evitar riesgos innecesarios.

Adoptar un enfoque crítico y bien informado permite aprovechar los beneficios de los suplementos que sí cuentan con respaldo, evitando gastar dinero en productos que aún no han demostrado su utilidad.

El estudio se publicó en la revista Frontiers in Pharmacology en julio de 2025.

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