Saber si puedes hacer frente a tus compromisos económicos no es solo cuestión de tener dinero hoy, sino de mantener la estabilidad a largo plazo. Esa es precisamente la función de la solvencia financiera: medir tu capacidad para afrontar deudas futuras con los recursos que ya tienes y los que puedes generar. Aunque muchas veces se confunde con la liquidez, la solvencia ofrece una visión más profunda y estratégica de tu situación económica.

Comprender cómo se mide, qué factores la influyen y qué puedes hacer para mejorarla es clave si quieres tomar decisiones con seguridad, ya seas autónomo, tengas un pequeño negocio o simplemente busques mantener tus cuentas personales en equilibrio. En este artículo te explicamos los indicadores que te ayudan a evaluar tu solvencia y las acciones concretas que puedes tomar si los resultados no son los que esperas.

En PuntoSeguro nos preocupamos por tu tranquilidad financiera y por la protección de tu familia. Por eso, en este artículo te explicamos cómo entender, calcular y mejorar tu solvencia financiera.

¿Qué significa tener una buena solvencia financiera y por qué es clave para tu estabilidad económica?

La solvencia financiera es la capacidad que tiene una persona o empresa para afrontar sus obligaciones económicas, tanto a corto como a largo plazo. Es un indicador de estabilidad que permite evaluar si se dispone de recursos suficientes para cumplir con los compromisos adquiridos.

Una persona se considera financieramente solvente cuando posee un patrimonio que le permite responder por sus deudas, incluso si no cuenta con liquidez inmediata. Es decir, puede no tener efectivo en el momento, pero sí bienes o activos suficientes para hacer frente a sus responsabilidades.

Tener una buena solvencia es fundamental para acceder a financiación, contratar seguros o tomar decisiones de inversión con seguridad. Las entidades financieras la analizan para valorar el nivel de riesgo antes de ofrecer productos. En el ámbito empresarial, es un parámetro clave para medir la salud financiera y la viabilidad a largo plazo de un negocio.

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¿En qué se diferencia la solvencia financiera de la liquidez?

Aunque a menudo se confunden, solvencia y liquidez son conceptos financieros distintos que responden a necesidades diferentes.

La liquidez se refiere a la capacidad de disponer de dinero en efectivo o de convertir activos rápidamente en efectivo para cubrir pagos a corto plazo. Es una medida de la disponibilidad inmediata de recursos.

En cambio, la solvencia implica poder cumplir con obligaciones financieras a largo plazo, incluso sin tener liquidez en el momento presente. Una persona puede ser solvente aunque no tenga dinero disponible ahora, siempre que posea activos con valor suficientes, como una vivienda o inversiones a largo plazo.

También puede darse el caso opuesto: alguien con liquidez (dinero en cuenta) pero con muchas deudas y pocos activos, lo que indica una baja solvencia.

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¿Cómo puedes calcular tu solvencia financiera?

Existen varios ratios financieros que te permiten evaluar tu nivel de solvencia, es decir, si tus activos son suficientes para cubrir tus deudas. Estos indicadores comparan lo que tienes (activos) con lo que debes (pasivos).

Ratios principales: solvencia (%) y ratio general

  • Ratio de solvencia (%) = Activo total / Pasivo total
    Este indicador refleja si tienes patrimonio neto positivo. Un resultado superior a 1 indica que tus activos superan tus deudas, lo que sugiere buena solvencia.

  • Ratio general de solvencia = (Activo corriente + Activo no corriente) / Pasivo total
    Este ratio analiza si tu conjunto de activos, tanto a corto como a largo plazo, es suficiente para cubrir todas tus obligaciones financieras.

Otros indicadores útiles para completar el análisis

  • Ratio de endeudamiento: mide qué porcentaje de tu patrimonio está financiado con deuda. A menor ratio, menor dependencia de financiación externa.

  • Ratio de cobertura de intereses: evalúa si los beneficios que generas son suficientes para cubrir los intereses de tus deudas.

  • Capital de trabajo: es la diferencia entre el activo corriente y el pasivo corriente. Un capital de trabajo positivo indica capacidad de operar con estabilidad en el corto plazo.

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¿Qué factores afectan a tu solvencia financiera?

Tu nivel de solvencia no depende solo de los números que reflejan tus activos y deudas. Existen varios factores externos e internos que influyen directamente en tu capacidad para cumplir con tus obligaciones financieras.

Entre los más relevantes están:

  • La estabilidad y regularidad de los ingresos.

  • El nivel de endeudamiento y cómo gestionas el pago de tus deudas.

  • La gestión del patrimonio, incluyendo activos líquidos e inversiones.

  • La planificación financiera a largo plazo.

  • La capacidad de ahorro y el control sobre tus gastos.

  • La diversificación de inversiones, que reduce el riesgo global.

  • Las condiciones económicas o del mercado, que pueden afectar tanto tus ingresos como el valor de tus activos.

Conservar una buena solvencia financiera implica mantener un equilibrio constante entre ingresos, gastos, ahorro y deuda.

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¿Qué acciones concretas puedes tomar para mejorar tu solvencia financiera?

Mejorar tu solvencia es un objetivo alcanzable si adoptas hábitos financieros saludables y gestionas tus recursos de forma consciente. Estas son algunas medidas eficaces que puedes aplicar:

  • Crea un presupuesto personal o familiar que te ayude a controlar ingresos y gastos.

  • Reduce o elimina deudas innecesarias, priorizando las que tienen mayores intereses.

  • Aumenta tu capacidad de ahorro para construir un fondo de emergencia que te proteja ante imprevistos.

  • Invierte en activos rentables, que aporten valor a tu patrimonio y generen ingresos a largo plazo.

  • Revisa tu situación financiera con frecuencia para detectar posibles desviaciones o riesgos.

  • Consulta a profesionales si necesitas orientación para tomar decisiones bien fundamentadas.

Adoptar estas acciones de forma sistemática fortalecerá tu posición financiera y te permitirá responder mejor ante cualquier desafío económico.

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Evalúa y fortalece tu solvencia para tomar mejores decisiones

La solvencia financiera es esencial para mantener tu estabilidad económica y afrontar con confianza tanto el presente como el futuro. Evaluar periódicamente tu situación te ayuda a detectar riesgos, corregir desviaciones y actuar con mayor seguridad en tus decisiones financieras.

Conocer tu nivel de solvencia te permite tener un mayor control sobre tus finanzas, reducir el riesgo de sobreendeudarte y prepararte mejor frente a imprevistos, sin poner en peligro tu patrimonio.

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