Antes, ser hombre o mujer influía a la hora de contratar un seguro. Ahora ya no. De hecho, un sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea del 1 de marzo de 2011 estableció que no es legal dar un trato diferente en los seguros por razón de sexos, prohibición que entró en vigencia el 21 de diciembre de 2012. En este artículo te contamos por qué ser hombre o mujer no influye a la hora de contratar un seguro.
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Ser hombre o mujer al contratar un seguro no influye
Antes de la entrada en vigor de esta ley, en España se adaptó la legislación a la Directiva 2004/113/CE del Consejo, de 13 de diciembre de 2004, en virtud de la cual se viene aplicando el principio de igualdad de trato entre hombres y mujeres al acceso a bienes y servicios y su suministro. La adaptación se hizo con la promulgación de la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres. Sin embargo, esta ley había previsto una excepcionalidad a lo dispuesto por la propia ley en art. 71. Y aquí es donde empieza el problema.
Las aseguradoras aplicaban para el cálculo de algunos de sus productos lo que llaman «tablas de mortalidad», las cuales contemplan diferencias de primas por razón de edad y sexo. Pero esto no es ilegal; hecho, esta posibilidad está contemplada en artículo 34.b del Reglamento de Ordenación y Supervisión de seguros privados (Art. 34.b).
La ley de igualdad mencionaba en su disposición adicional transitoria 5ª, sobre las Tablas de mortalidad y supervivencia, que «en tanto no se aprueben las disposiciones reglamentarias (…) las entidades aseguradoras podrán continuar aplicando las tablas de mortalidad y supervivencia y los demás elementos de las bases técnicas, actualmente utilizados, en los que el sexo constituye un factor determinante de la evaluación del riesgo a partir de datos actuariales y estadísticos pertinentes y exactos.»
La utilización de estas tablas no se fundamentaba en cuestiones discriminatorias, sino que atiende a una cuestión de fijación de precios. Las tablas de mortalidad son una serie cronológica que refleja la reducción progresiva de un grupo inicial de individuos, de la misma edad, por efecto de su fallecimiento.
Las estadísticas demográficas de mortalidad varían con el sexo, y por eso que se han elaborado tablas distintas para hombres y para mujeres, que también son diferentes en función de otros factores, como la profesión.
A partir de la mencionada sentencia y su entrada en vigor en diciembre de 2012, las aseguradoras ya no podrán aplicar el criterio del sexo en el cálculo del precio de las primas.
Parece que las afectadas por la desigualdad somos siempre las mujeres que, aunque seguro que con esta nueva ley hemos ganado algo como género, también nos hemos visto afectadas en nuestros bolsillos a corto plazo, por ejemplo, pagando hasta un 24% más en el seguro del coche respecto a lo que pagábamos antes.
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